Beatriz Eugenia Ramos
Psicologa Universidad Nacional de Colombia
Master en Individu et societé Université Paul Valery Montpellier III
Candidata a Doctorado Medicina y Psicoanalisis Université Diderot Paris 7
Docente Investigadora Universidad Antonio Nariño
La dermatitis
atópica es considerada como “un desorden cutáneo intensamente pruriginoso, frecuente
en niños con antecedentes personales y/o familiares de una o más enfermedades
atópicas, como, asma bronquial, rino - conjuntivitis alérgica, y dermatitis
atópica.” Tincopa (1997).
De acuerdo con los estudios de Barrera (2009), la prevalencia de la
dermatitis atópica ha aumentado en forma significativa en las últimas décadas
en Colombia, afectando actualmente a más del 10% de los niños, con promedio de
edad de 7 años y a 10% de los adultos. Entre las razones que explican el
aumento en la frecuencia, se encuentran
elementos ambientales (aumento en la contaminación ambiental), aditivos en los alimentos, el aumento del estrés, el aumento en el
conocimiento de la enfermedad por parte del grupo médico y algunos estudios
dicen que también pude deberse a la disminución en la lactancia materna, aunque
esto no se ha comprobado totalmente.
Para Tincopa (1997) en la dermatitis atópica “es
reconocida la presencia de factores psicológicos en el curso de este cuadro,
especialmente el estrés y la ansiedad, que actúan sobre el funcionamiento del
sistema inmune; esta influencia de los aspectos emocionales caracterizaría la
dermatitis atópica como cuadro psicosomático”.
Al respecto Kozak (2009) dice:
“De la observación en clínicas dermatológicas, se han extraído interesantes
conclusiones en las cuales se describe una atmósfera psicológica
característica, que señala que las personas con dichas afecciones, presentan
una situación psíquica, que ha sido descrita como una desesperación controlada
pero ansiosa, diferente a una depresión pero con una ansiedad particular, ya
que si bien no están amenazados de muerte, el aspecto exterior de su cuerpo, se
encuentra enfermo y por ello está comprometida su imagen social, algo muy
importante en nuestra sociedad. Esto es motivo de una intensa preocupación, que
se transforma en una fuente de ansiedad y a la sensación de molestias o dolor,
se les suma la mortificación que producen”
En el caso de
los niños, se ha encontrado que este aspecto psicosomático de la DA está muy
relacionado con las dificultades del manejo de ansiedad en las madres. De acuerdo con Núñez Sánchez (1999), “La
presencia de ansiedad materna esta comúnmente asociada con la dermatitis
atópica severa en la niñez y la adolescencia”, en el estudio realizado se
encontró “una diferencia estadística
significativa entre la prevalencia de trastornos de ansiedad del grupo de casos
y control, el 62% de las madres con niños con dermatitis atópica severa
presentaron al menos un diagnóstico de trastornos de ansiedad, los diagnósticos
más frecuentes fueron los trastornos fóbicos”
La distribución
de los trastornos de ansiedad en madres de niños con dermatitis atópica severa
es 35% fobia social, 32% fobia específica, 18 % Agorafobia, 11% trastorno de
pánico, 4% Ansiedad generalizada, los niños de madres ansiosas presentan una
severidad más alta en la enfermedad.
Así mismo,
existen otros estudios que corroboran la relación entre la dermatitis atópica y
las dificultades en las relaciones familiares, por ejemplo, durante el 2006 Ferreira y cols., realizaron un estudio
cualitativo sobre las relaciones en
familias con un hijo entre los 6 y 9 años portador de Dermatitis Atópica, los
participantes de esta investigación fueron tres familias residentes en Porto
Alegre. De acuerdo con Thomé Ferreira y
Cols. (2006) “Todas las familias
refirieron que, desde su percepción existe una influencia importante de los
aspectos emocionales sobre el surgimiento y la permanencia de los síntomas de
la dermatitis atópica. Esto está de
acuerdo con lo que afirman Buske - Kirschbaum y cols. (2001) acerca de la
influencia de los aspectos emocionales sobre la dermatitis atópica. Las peleas
y los roces presentes en el contexto familiar estarían relacionadas con el
surgimiento de las crisis en la percepción de las familias entrevistadas. Situaciones de crisis familiar generarían
susceptibilidades para el desencadenamiento de una crisis alérgicas, según lo
que refieren las propias familias”
Con respecto a
esta relación entre el síntoma del niño y las familias, Lacan, en su texto “Dos
notas sobre el niño” dice: “el síntoma del niño se encuentra en posición de
responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar”. Es decir que
el síntoma del niño no sólo se refiere a lo que viven sus padres, sino a los
síntomas que tiene esa estructura familiar a la cual pertenece.
Ahora bien,
para cada sujeto existe una marca que lo funda como tal, un rasgo unario que
constituiría el primer significante,
pero ¿por qué existen personas que necesitan que esa marca se ubique en
el exterior, sobre el cuerpo? Y avanzando un poco más sobre la temática de esta
investigación ¿Por qué esa ansiedad materna en relación a ese niño en
particular genera este tipo de patología y no otro en la que la superficie del cuerpo
aparece como fundamental?
El niño es
hablado por sus padres aún antes de que él mismo hable; la mirada del Otro y la
significación de ese Otro hacia el bebé le dan contorno al cuerpo; posteriormente lo real del cuerpo es
desplazado por lo simbólico para dar paso a la apropiación de la lengua, por lo
tanto cuando el sujeto habla se despide del goce del cuerpo, es decir que la
representación reprime lo real; la represión es entonces la represión de la
imagen del cuerpo como falo imaginario de la madre.
Posteriormente,
el niño hace los primeros trazos representando su propio cuerpo, pero esto
también debe ser reprimido para darle paso a las letras, cuando el niño deja
los garabatos y rayones y empieza a escribir letras debe reprimir esa imagen y
desapegarse de la forma para dar paso al valor literal, pues si no la
fascinación de la imagen impediría privilegiar su valor sonoro. La imagen fascina en virtud de nuestra propia
imagen perdida. Sin embargo, a pesar de
esta represión, eso reprimido puede retornar cuando las letras se encuentran
separadas.
En el caso del
niño que se hace marcas, consciente o inconscientemente, estas aparecen como
una forma de inscribir la norma, que inscriben en el cuerpo esas nuevas leyes
que surgen cuando las leyes de la sociedad no funcionan para algunos grupos;
estas leyes son de cada uno o de cada grupo; las leyes de la familia, de la
sociedad son despreciadas y en su lugar aparecen otras normas, así, cada cual
le puede poner o no límites al manejo de su cuerpo y de su vida. Esta forma de leyes es propia para cada
sujeto y corresponden a la forma de vida con la que cada uno se identifica,
diferenciándose de los otros, y mostrándola por medio de estas marcas.
Para Lacan
(1958), la relación entre la marca y el deseo es evidente: “hay una relación
estrecha, intima entre el deseo y la marca.
Es que la marca no está simplemente allí como signo de reconocimiento
para el pastor que marca sus ovejas, el cual valdría la pena saber donde está
él en la ocasión; sino que cuando se trata del hombre eso quiere decir que el
ser viviente marcado tiene aquí un deseo que no es sino una relación íntima con
esta marca” No quiere decir que la marca
modifique el deseo. Pues es posible que
desde el principio exista este deseo que la marca viene a revestir. La marca lo que hace es evidenciar el deseo
que la preexiste, ese deseo previo es de orden materno, es la evidencia del
deseo de la madre. Ese deseo que se hace
marca a través de la piel de su hijo.
Bibliografía
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de Pediatría del Atlántico.
Farré, M S, Marcet, C y Rigo, M
(2001) ¿Qué es la psicosomática para el psicoanálisis? Volumen 4 N 2
Ferreira, V. Campio Müller, M.
Zogbi Jorge, (2006) Dinámica de las relaciones en familias con
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Kozak,
J (2009) La Piel como órgano de expresión, http://www.articuloz.com/psicoanalisis-articulos/la-piel-un-organo-de-expresion-1043704.html
Núñez
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Rodríguez, E. Avilán, J. (1999) Trastornos
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me parece bastante interesante el como plantea la dermatitis atópica, dado que padezco esta enfermedad... lo que no me quedo claro es, las "marcas" como se las llama, son resultado del deseo de mi madre que precedió a la enfermedad... pero, es posible que sea un deseo propio y no tenga que ver con la influencia del deseo de mi madre??? (y si no fuera asi... el deseo es algo fijado en la memoria? es decir, algo que se me repetía constantemente cuando era bebe??) ayudaria muchisimo que responda esto... mil gracias y felicidades!!!
ResponderEliminarCuando se habal de deseo en psicoanalisis, se refiere al como la madre imaginariza a su hijo, y a partirde esa imagen ideal que la madre tiene del niño, este construye su propia imagen corporal y su propio deseo. La costrucción del cuerpo se realizaa través de las palabras y del contacto con la madre , así que sus palabras pueden influir en la forma el cuerpo reacciona. No se si este comentario resuelve tus dudas, pero seria importante que puedas hablarlo con un profesional, si lo consideras pertinente.
EliminarBeatriz, me gustaría tener contacto contigo. Soy estudiante de psicologia clinica de la universidad Católica de Perú y mi tema de tesis está muy relacionado a los artículos que escribes sobre la figura paterna. Te pediría me puedas dar algún mail para poder escribirte por favor. Quedo atenta a tu respuesta,
ResponderEliminarAlejandra
Hola Alejandra, mi mail es trizmos@gmail.com, espero que no sea dmasiado tarde para responderte, disculpa pero estuve ocupada haciendo mi tesis de doctorado y un poco desconectada del blog. Sin embargo si aun puedo ayudarte estoy a tu servicio
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