lunes, 25 de julio de 2011

DESARROLLO DEL CONCEPTO DE PSICOSIS EN LA OBRA DE LACAN[1]


Beatriz Eugenia Ramos
Psicóloga Universidad Nacional de Colombia
Master en “Individu et Societé, Approche Psychanalytique  Université Paul Valery Montpellier III
Docente Facultad de Psicología Universidad Antonio Nariño


“No es loco quien quiere”
Lacan Seminario III Les Psychoses


Este trabajo constituye un recorrido que busca establecer la construcción del concepto de psicosis en la obra de Jacques Lacan.
Existen tres momentos del concepto de psicosis en Lacan, el primero de ellos es la discusión sobre la etiología, en donde se plantea una crítica al reduccionismo biologicista.
En un segundo momento, Lacan plantea una postura estructuralista, en donde la forclusión del significante del Nombre del Padre produciría la psicosis, dándole al plano simbólico, o mejor a la exclusión del plano simbólico la mayor prevalencia.
Por último, Lacan plantea que es en la ruptura de alguno de los registros del nudo borromeo en donde se instala la psicosis.  Sin embargo, es necesario destacar la relevancia que Lacan le da a lo Simbólico en relación con lo Real y lo Imaginario en la estructuración psíquica.
Primer Momento
Lacan empieza a trabajar con psicóticos en los años 30s, en 1931 realiza un primer artículo al respecto en el que hace una caracterización de la paranoia desde un punto de vista psiquiátrico, su trabajo se titula “Estructura de las psicosis paranoicas”, en el hace una crítica a los abordajes que hasta este momento se habían desarrollado alrededor de la paranoia y la poca efectividad de los tratamientos que existían en la época.
En 1932, escribe su tesis doctoral de medicina: "De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad", en la cual le otorga un peso muy grande a los trastornos de personalidad en el surgimiento de la psicosis paranoica, alejándose de la postura biologicista que en ese entonces imperaba.
Lacan empieza a conceptualizar sus desarrollos desde el psicoanálisis en los años 50s, el primer seminario editado es del año 53, pero es hasta el seminario 3 sobre Las psicosis, en 1955, que establece sus planteamientos sobre la cuestión estructural en los psicóticos.

Segundo Momento
Los aportes de Lacan se basan en la lingüística y el estructuralismo, particularmente en las teorías del signo de Ferdinand de Saussure.  Para este lingüista el signo está formado por significante y significado, en donde el significante es la huella acústica o escrita de la palabra y el significado es el contenido conceptual al cual el significante corresponde.  Lacan plantea que no existe tal correspondencia, nunca lo que se dice corresponde a lo que se creía decir.  Así que los significantes hacen cadena, en donde la interpretación se desplaza de un significante a otro sin que exista un sentido univoco a las expresiones significantes. En este sentido el sujeto es un efecto del significante: “un significante representa un sujeto para otro significante” Escritos I.
De esta manera, Lacan plantea que el inconsciente está estructurado como un lenguaje. A partir de esta premisa el autor se pregunta cómo es que un sujeto se sitúa frente al universo simbólico de los significantes, es decir frente al gran Otro. Particularmente en el caso de la psicosis, se trataría de un rechazo parcial de ese orden simbólico, que dejaría al sujeto por fuera del Otro.
En la psicosis el inconsciente está en la superficie, es consciente, por lo que podríamos decir que aparece en lo real. “Si es que alguien puede hablar una lengua que ignora por completo, diremos que el sujeto psicótico ignora la lengua que habla” Seminario III  (1955).  Esto permite decir a Lacan que si bien el psicótico está dentro del lenguaje, está fuera de discurso. El psicótico habla, o sea que se encuentra dentro del universo del lenguaje, sin embargo, lo que ocurre en él es que ese lenguaje no lo incluye como sujeto en la función fálica.
A este rechazo que el psicótico hace del orden social, Lacan lo llama Forclusión, este concepto tiene como origen un término jurídico que en español correspondería al término preclusión, que se define como la pérdida o extinción de una facultad o potestad procesal.
El término Forclusión originalmente se utilizaba en Derecho, se deriva del latín: foris (fuero, foro) y claudere (cerrar), de esta manera forcluir quiere decir excluir y rechazar de un modo concluyente, quedar por fuera del foro, de lo social.  La forclusión vendría a constituir el mecanismo por medio del cual el psicótico rechaza y excluye la simbolización.  Lacan va a plantear a partir de esta premisa que la causa de la psicosis vendría a ser "un hoyo, una falta al nivel del significante". Seminario III  (1955)
El significante que el psicótico rechaza especialmente es el significante de la Metáfora Paterna, es lo que Lacan llamó el Nombre del Padre.  En el complejo de Edipo es el padre quien transmite la Ley al niño, esta ley no es solo el conjunto de normas de una cultura, la ley que el padre transmite es la Ley esencial para el anudamiento del sujeto al orden simbólico puesto que porta la prohibición fundamental del incesto.  Desde los conceptos freudianos, esta prohibición es lo que organiza el lazo social, por lo que la carencia del significante primordial no permite la introducción del psicótico en lo social, esto se evidencia en los neologismos y las particularidades del lenguaje en la psicosis.
Para Lacan la forclusión de Nombre del Padre es lo que induce la psicosis, la carencia de este significante es “la falta que da a la psicosis su condición esencial, con la estructura que la separa de las neurosis” Lacan (1955).
Lo que fracasa en la introducción del Nombre del Padre, es que este significante no logra quitarle el lugar al deseo de la madre, por lo que en lugar del significante del Nombre del Padre se instala una “muleta” de la metáfora paterna, que es lo que constituye el delirio. 
Como en la relación madre-hijo, no viene a instalarse este padre simbólico, este significante fálico, lo que aparece es que el significante del deseo de la madre prevalece, es decir no hay una separación en esta diada madre-hijo, por lo que se puede decir que no existe la castración en el psicótico. Es decir que en el psicótico hay una afectación en la sexualidad en dos instancias, por un lado existe una ausencia de significación fálica, y por otro surge en el psicótico la presencia de un goce ilimitado, este goce aparece porque no hay una contención del significante primordial, es decir que el objeto a no está incluido en el significante de la castración. 
Este concepto cambiará en Lacan en el seminario XXIII, en donde se plantea que el problema de las psicosis no estaría tanto del lado de la castración, sino del amarre de los tres registros real, simbólico e imaginario, que se explicará más adelante.
Esto que ha sido forcluido, esta castración que ha sido rechazada de lo simbólico, reaparece en el plano de lo real, de allí la alucinación.
En el seminario III Las psicosis (1955) Lacan hace alusión al libro Lecciones Clínicas, de Séglas, quien después de varias observaciones a psicóticos encuentra que: “las alucinaciones verbales se presentaban en personas en las que podía producirse, por signos muy evidentes en algunos casos, y en otros mirándolos con un poco más de atención, que ellos mismos estaban articulando, sabiéndolo o no, o no queriendo saberlo, las palabras que acusaban a las voces de haber pronunciado” a partir de esta premisa se plantea que la alucinación no tiene su fuente en el exterior, entonces la tiene en el interior.  El sujeto manifiesta que no es él quien habla, entonces ¿quién habla?
Es en este punto en el que Lacan  toma el término de Holofrase de la lingüística para definir el problema del psicótico en el lenguaje, la holofrase se refiere a condensar en una palabra dos significantes si separación, es decir que el resultado sería una palabra con significado univoco.  La holofrase seria una frase- toda, en donde no hay separación entre sus componente.

“[…] cuando no hay intervalo entre S1 y S2, cuando la primera pareja de significantes se solidifica, se holofrasea, tenemos el modelo de toda una serie de casos —aunque, en cada uno de ellos, el sujeto no ocupa el mismo sitio. […] Seguramente es algo del mismo orden de lo que se trata en la psicosis. Esa solidez, ese tomar en conjunto la cadena significante primitiva, es lo que impide la abertura dialéctica que se manifiesta en el fenómeno de la creencia.” Lacan (1966)

Este fenómeno se evidencia en la psicosis con la alucinación y en la paranoia con el deliro producido por las alucinaciones auditivas, hay una certeza de este contenido alucinatorio en las psicosis en donde el sujeto no permite la duda, la separación entre los términos que conforman su delirio. 
Es aquí en donde Lacan va a cuestionarse el problema en la psicosis, el va a preguntarse porque eso que es rechazado en la simbólico aparece de nuevo en lo real. Para resolver el cuestionamiento toma el análisis que Freud hace en el caso Schreber, en donde encuentra que ese discurso interior, eso inconsciente no simbolizado, lo que aparece en el delirio místico del presidente Schreber.

Tercer Momento
La teoría de la forclusión en la psicosis es formalizada en el esquema I, en el que hace más claro cómo se estructura la psicosis y cómo se ubican en esta estructura los tres registros real, simbólico e imaginario.
Posteriormente, en el seminario RSI, en el que Lacan instaura su teoría topológica del Nudo Borromeo, aparecen los tres registros que conforman el Nudo: Real, Simbólico e Imaginario, en este seminario, aunque no se hace una alusión directa a la psicosis, sí se plantea cómo en la ruptura del nudo se pueden ubicar las dificultades estructurales para el sujeto. 
Por ejemplo, en el caso del paranoide, hay una invasión de lo imaginario, este sujeto que ha forcluido lo simbólico y se encuentra por fuera del campo del Otro, hace un intento de simbolizar lo imaginario, el resultado de esto es la necesidad de construir un sentido de todo, todo para él es un signo, una señal.
De esta manera, en la paranoia el sujeto no puede entablar su discurso en lo simbólico, su relación con los otros se sitúa en el registro de lo especular, de lo Imaginario, es por eso que el delirio está plagado de proyecciones y construcciones imaginarias.
Mientras que en el caso del esquizofrénico existe una comunicación directa con el gran Otro, para él todo produce sentido. En este caso el sujeto se encuentra separado de lo Imaginario, por lo que su relación con el otro es vivida en una ausencia total de identificación imaginaria, de acuerdo con Serge Leclaire se encuentra “privado del yo (moi)”
Como en el psicótico falla el anudamiento a lo simbólico, hay efectos en los tres registros, que aparecen en él desanudados, es por eso la indeterminación en el psicótico alcanza niveles absolutos, no de división, como en el neurótico.  Por eso la certeza psicótica aparece como esencial en la estructura, pues para el neurótico existe la falla en el ser, allí donde en el psicótico surge el goce, tanto en fenómenos elementales como en la certeza paranoica.

Referencias Bibliográficas

Structure des psychoses paranoïaques, en la Revista Ornicar,1931.
De la psychose paranoïaque dans ses rapports avec la personnalité, Le Seuil, Paris, 1932.
Le stade du miroir, Le SeuiL, Paris, 1936.
Les complexes familiaux, Paris, Navarrin, 1984.
Propos sur la causalité psychique, Ecrits, Le Seuil, Paris, 1966.
Le Symbolique, l’Imaginaire et le Réel, Bulletin de L’Association Freudienne, 1953.
Fonction et champ de la parole et du langage en psychanalyse, Ecrits, Le Seuil, Paris, 1966.
Réponses au commentaire de Jean Hyppolite sur la <Verneinung>, de Freud, Ecrits, Paris, Le Seuil, 1966.
Les Psychoses, Le Séminaire, Livre III (1955-1956), J.A. Miller Paris, Le Seuil, 1981.
D’une question préliminaire à tout traitement possible de la psychose, (1958), Ecrits, Paris, Le Seuil, 1966.
La signification du Phallus, (1958), Ecrits, Paris, Le Seuil, 1966.
La métaphore du sujet, (1960), Ecrits, Paris, le Seuil, 1966.
Présentation des Mémoires du Président Schreber,(1966) in Ornicar, N° 38
Petits discours aux psychiatres, (1967) , inédit.
Le Séminaire, Livre XXII 1974-1975, inédit, versión establecida por J.A. Miller in Ornicar.
Joyce le symtôme I, 1975, Paris, Navarrin, 1987.
Joyce le symptôme II, 1975, Paris, Navarrin,1987.
Conférences et entretiens dans les universités nord-américaines, 1975, Paris, Le Seuil, 1976.
Le Sinthome, Le Séminaire, Livre XXIII, versión establecida por J.A. Miller, Ornicar y por la Association freudienne internationale, Le Seuil, 2005.

Este trabajo es un resumen de la monografía del mismo nombre, para optar al título de la maestría “individu et societe approche psychanalytique”, puede encontrarse en la Revista El Hilo Análitico N 6ISSN 1900-2734 publicado por la Facultad de Psicología de la Universidad Antonio Nariño