viernes, 14 de diciembre de 2012

“Dermatitis atópica como marca del Otro en el cuerpo”

Beatriz Eugenia Ramos
Psicologa Universidad Nacional de Colombia
Master en Individu et societé Université Paul Valery Montpellier III
Candidata a Doctorado Medicina y Psicoanalisis Université Diderot Paris 7
Docente Investigadora Universidad Antonio Nariño
 

La dermatitis atópica es considerada como “un desorden cutáneo intensamente pruriginoso, frecuente en niños con antecedentes personales y/o familiares de una o más enfermedades atópicas, como, asma bronquial, rino - conjuntivitis alérgica, y dermatitis atópica.” Tincopa (1997).
De acuerdo con los estudios de Barrera (2009), la prevalencia de la dermatitis atópica ha aumentado en forma significativa en las últimas décadas en Colombia, afectando actualmente a más del 10% de los niños, con promedio de edad de 7 años y a 10% de los adultos.  Entre las razones que explican el aumento en la frecuencia, se encuentran elementos ambientales (aumento en la contaminación ambiental), aditivos en los alimentos, el aumento del estrés, el aumento en el conocimiento de la enfermedad por parte del grupo médico y algunos estudios dicen que también pude deberse a la disminución en la lactancia materna, aunque esto no se ha comprobado totalmente.

Para Tincopa (1997) en la dermatitis atópica “es reconocida la presencia de factores psicológicos en el curso de este cuadro, especialmente el estrés y la ansiedad, que actúan sobre el funcionamiento del sistema inmune; esta influencia de los aspectos emocionales caracterizaría la dermatitis atópica como cuadro psicosomático”. 
Al respecto Kozak (2009) dice: “De la observación en clínicas dermatológicas, se han extraído interesantes conclusiones en las cuales se describe una atmósfera psicológica característica, que señala que las personas con dichas afecciones, presentan una situación psíquica, que ha sido descrita como una desesperación controlada pero ansiosa, diferente a una depresión pero con una ansiedad particular, ya que si bien no están amenazados de muerte, el aspecto exterior de su cuerpo, se encuentra enfermo y por ello está comprometida su imagen social, algo muy importante en nuestra sociedad. Esto es motivo de una intensa preocupación, que se transforma en una fuente de ansiedad y a la sensación de molestias o dolor, se les suma la mortificación que producen”
 
En el caso de los niños, se ha encontrado que este aspecto psicosomático de la DA está muy relacionado con las dificultades del manejo de ansiedad en las madres.  De acuerdo con Núñez Sánchez (1999), “La presencia de ansiedad materna esta comúnmente asociada con la dermatitis atópica severa en la niñez y la adolescencia”, en el estudio realizado se encontró  “una diferencia estadística significativa entre la prevalencia de trastornos de ansiedad del grupo de casos y control, el 62% de las madres con niños con dermatitis atópica severa presentaron al menos un diagnóstico de trastornos de ansiedad, los diagnósticos más frecuentes fueron los trastornos fóbicos”
 
La distribución de los trastornos de ansiedad en madres de niños con dermatitis atópica severa es 35% fobia social, 32% fobia específica, 18 % Agorafobia, 11% trastorno de pánico, 4% Ansiedad generalizada, los niños de madres ansiosas presentan una severidad más alta en la enfermedad.
 
Así mismo, existen otros estudios que corroboran la relación entre la dermatitis atópica y las dificultades en las relaciones familiares, por ejemplo, durante el  2006 Ferreira y cols., realizaron un estudio cualitativo sobre las relaciones  en familias con un hijo entre los 6 y 9 años portador de Dermatitis Atópica, los participantes de esta investigación fueron tres familias residentes en Porto Alegre.   De acuerdo con Thomé Ferreira y Cols.  (2006) “Todas las familias refirieron que, desde su percepción existe una influencia importante de los aspectos emocionales sobre el surgimiento y la permanencia de los síntomas de la dermatitis atópica.  Esto está de acuerdo con lo que afirman Buske - Kirschbaum y cols. (2001) acerca de la influencia de los aspectos emocionales sobre la dermatitis atópica. Las peleas y los roces presentes en el contexto familiar estarían relacionadas con el surgimiento de las crisis en la percepción de las familias entrevistadas.  Situaciones de crisis familiar generarían susceptibilidades para el desencadenamiento de una crisis alérgicas, según lo que refieren las propias familias”
 
Con respecto a esta relación entre el síntoma del niño y las familias, Lacan, en su texto “Dos notas sobre el niño” dice: “el síntoma del niño se encuentra en posición de responder a lo que hay de sintomático en la estructura familiar”. Es decir que el síntoma del niño no sólo se refiere a lo que viven sus padres, sino a los síntomas que tiene esa estructura familiar a la cual pertenece. 
 
Ahora bien, para cada sujeto existe una marca que lo funda como tal, un rasgo unario que constituiría el primer significante,  pero ¿por qué existen personas que necesitan que esa marca se ubique en el exterior, sobre el cuerpo? Y avanzando un poco más sobre la temática de esta investigación ¿Por qué esa ansiedad materna en relación a ese niño en particular genera este tipo de patología y no otro en la que la superficie del cuerpo aparece como fundamental?

El niño es hablado por sus padres aún antes de que él mismo hable; la mirada del Otro y la significación de ese Otro hacia el bebé le dan contorno al cuerpo;  posteriormente lo real del cuerpo es desplazado por lo simbólico para dar paso a la apropiación de la lengua, por lo tanto cuando el sujeto habla se despide del goce del cuerpo, es decir que la representación reprime lo real; la represión es entonces la represión de la imagen del cuerpo como falo imaginario de la madre.

Posteriormente, el niño hace los primeros trazos representando su propio cuerpo, pero esto también debe ser reprimido para darle paso a las letras, cuando el niño deja los garabatos y rayones y empieza a escribir letras debe reprimir esa imagen y desapegarse de la forma para dar paso al valor literal, pues si no la fascinación de la imagen impediría privilegiar su valor sonoro.  La imagen fascina en virtud de nuestra propia imagen perdida.  Sin embargo, a pesar de esta represión, eso reprimido puede retornar cuando las letras se encuentran separadas.

En el caso del niño que se hace marcas, consciente o inconscientemente, estas aparecen como una forma de inscribir la norma, que inscriben en el cuerpo esas nuevas leyes que surgen cuando las leyes de la sociedad no funcionan para algunos grupos; estas leyes son de cada uno o de cada grupo; las leyes de la familia, de la sociedad son despreciadas y en su lugar aparecen otras normas, así, cada cual le puede poner o no límites al manejo de su cuerpo y de su vida.  Esta forma de leyes es propia para cada sujeto y corresponden a la forma de vida con la que cada uno se identifica, diferenciándose de los otros, y mostrándola por medio de estas marcas. 

Para Lacan (1958), la relación entre la marca y el deseo es evidente: “hay una relación estrecha, intima entre el deseo y la marca.  Es que la marca no está simplemente allí como signo de reconocimiento para el pastor que marca sus ovejas, el cual valdría la pena saber donde está él en la ocasión; sino que cuando se trata del hombre eso quiere decir que el ser viviente marcado tiene aquí un deseo que no es sino una relación íntima con esta marca”  No quiere decir que la marca modifique el deseo.  Pues es posible que desde el principio exista este deseo que la marca viene a revestir.  La marca lo que hace es evidenciar el deseo que la preexiste, ese deseo previo es de orden materno, es la evidencia del deseo de la madre.  Ese deseo que se hace marca a través de la piel de su hijo.

Bibliografía

Barrera, A (2009) Dermatitis Atópica Sociedad de Pediatría del Atlántico.


Farré, M S, Marcet, C y Rigo, M  (2001) ¿Qué es la psicosomática para el psicoanálisis?  Volumen 4 N 2

Ferreira, V. Campio Müller, M.  Zogbi Jorge, (2006)  Dinámica de las relaciones en familias con un miembro portador de Dermatitis atópica: un estudio cualitativo, Psicologia em estudo, Maringá Vol.11 N°3 P 617-625.

Freud,  S, (1926)  Inhibición, Síntoma y Angustia Obras Completas, Hyspamérica Ediciones Argentina, Buenos Aires.  Edición de 1993.


Núñez Sánchez, E.  González Otero, F. Rodríguez, E. Avilán, J. (1999) Trastornos de Ansiedad en Madres de Niños con Dermatitis Atópica de Moderada a Severa, Revista Dermatológica Venezolana, Vol. 37  N°1 

Tincopa O.; Herrera C.,Exebio C (1997) Prevalencia en escolares de Trujillo con y sin antecedentes personales y/o familiares de Atopia. Dermatología Peruana Vol. 7, Numero 2, Julio a Diciembre, Lima.

Thome, V y cols. (2006) Dinâmica das relações em famílias com um membro portador de Dermatite Atópica: um estudo qualitativo, Psicologia em estudo

Ulnik, J.  (2008) El médico, el psicoanalista y lo psicosomático, Subjetividad y procesos cognitivos, UCES p 193-210